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Agricultura y ganadería regenerativa también son posibles en Galicia

Los expertos sostienen que permiten producir más con menos insumos




Existe una forma de cultivar que se parece mucho a la que se usaba antiguamente. Lo curioso es que, además, está basada en el conocimiento científico y la investigación. Es la conocida como agricultura regenerativa, «que tiene en cuenta el cuidado del suelo, su regeneración, y el cuidado del entorno y de la biodiversidad», cuenta Francesc Font, uno de los expertos en la materia que participó hace unas semanas en las jornadas organizadas por la fundación Juana de Vega. Este agricultor de novena generación es un convencido de este método y dirige una asesoría que ayuda a los interesados a ponerla en práctica. Lo mismo hace Antonio Tucci, que llegó a Galicia para informar sobre este sistema y que también dirige una explotación de caprino de leche. Ambos están de acuerdo en que este sistema de producción es perfectamente aplicable en la comunidad y ayudaría a agricultores y ganaderos a ser más respetuosos con el medio ambiente.


Font explica que el enfoque de la agricultura regenerativa es completamente opuesto al de la convencional. «La agricultura convencional consiste en aplicar productos químicos y labrar el suelo para no tener malas hierbas. En regenerativa no usamos químicos, en lugar de labrar convivimos con las malas hierbas y en lugar de suelos desnudos y labrados generamos fincas donde hay otras plantas e insectos que nos ayudan a producir», asegura. Añade que, en convencional, «todas las herramientas que empleamos nos permiten, a corto plazo, una producción mejor, pero mientras estamos produciendo vamos destruyendo la vida del suelo. Lo convertimos en un enfermo que está débil y puede ser atacado por cualquier parásito», insiste.


La agricultura regenerativa, por su parte, busca restaurar los valores del suelo, así que «hay un primero período donde la producción se resiente, porque necesitamos tiempo. Pero cuando lo tenemos todo bajo control, llegamos a producir lo mismo», asegura. El sistema no consiste «en no hacer nada, como puede parecer. Se hacen cosas, pero con mucho conocimiento. No se dejan las hierbas porque sí, dejo las que me interesan. Es muy científico y, al mismo tiempo, se basa en lo que hacían muchas abuelas», añade.


También sostiene que, a la larga, el método implica menos trabajo que en convencional. «A partir del segundo y del tercer año el trabajo se reduce bastante, porque ya no tienes que echar nitrógeno, porque tienes plantan que lo cogen, y en lugar de labrar tienen unas cubierta vegetal que vas cortando poco a poco», insiste.

Font asegura que su empresa trabaja en todo el mundo y con todo tipo de cultivos. Entre ellos, el viñedo. Y responde a aquellos que dicen que este cultivo no puede ser más sostenible en Galicia. «Hay dos maneras de combatir el mildiu, con armas químicas o fortaleciendo el sistema para que sea más resistente y la enfermedad no ataque tanto», explica. También recuerda que existen otros productos, aunque no funcionan igual que los químicos, «pero si tu fortaleces el sistema lo justo, podrás defenderte con productos más simples».


Captura de carbono


Una de las máximas de la agricultura regenerativa se basa en lograr el mayor contenido de carbono posible en el suelo, porque eso implica más materia orgánica y, a su vez, un mejor suelo. «La forma de cultivar en los últimos cincuenta años ha propiciado la liberación de carbono, con este sistema capturas carbono», añade. Destaca que, cada vez, existen más empresas gallegas interesadas, sobre todo, en el sector del vino y de la ganadería porque comprueban que no solo mejoran sus producciones, también su rentabilidad. «Un negocio no puede ser verde si está en número rojos y creo que hemos encontrado un método para dar este paso», concluye. En su opinión, falta «que se entienda y se conozca más» este nuevo sistema y también «lograr el soporte de la administración y los consumidores. Los agricultores hacen un servicio ecosistémico de gran magnitud y la agricultura regenerativa captura más carbono del que emite», concluye.


Antonio Tucci: «Con un manejo adecuado se puede producir mucho más»


En la ganadería regenerativa, explica Antonio Tucci, se invierte la tradicional pirámide que le da más importancia a la alimentación o a la genética para poner a los animales y al suelo en el primer lugar. «Un suelo sano son plantas sanas; plantas sanas son animales sanos y, animales sanos implican una ganadería rentable», asegura. Sostiene que el secreto está en el manejo y que uno adecuado puede hacer que la ganadería sea mucho más rentable.


Tucci afirma que la ganadería regenerativa no tiene nada que ver con las ganaderías intensivas ni con sistemas muy extensivos. «Se acerca más a la ganadería tradicional de Galicia, de sacar las vacas a pastar a las praderas», asegura. Insiste también en la base científica de este método y sostiene que «es válido para todos los sistemas, aunque tiene matices según la especie». Afirma, además, que en Galicia existe cada vez más interés por este sistema, «de hecho yo me acabé mudando a Galicia por esa necesidad». El problema es que cuesta más dar el paso, «porque en algunos casos les estás diciendo a los ganaderos que todo lo que han hecho hasta ahora está mal», añade.


Él empezó montando en Galicia una explotación de caprino de carne que, por falta de rentabilidad, convirtió en una explotación láctea. Su previsión es que empiece a ser rentable el año próximo. «Produzco el litro de leche más barato porque, con un manejo adecuado, he conseguido producir más con menos», añade. Un buen manejo puede producir entre tres o cinco veces más forraje. Y sostiene que es un sistema que funciona en explotaciones de vacuno de leche. En estas «se dedican muchas horas a la maquinaria para recoger el forraje. Si las reduces a cero o al mínimo son muchas horas de trabajo que ahorras», añade. Porque, al final, la ganadería regenerativa consiste en procurar minimizar al máximo el laboreo del suelo y, «en vez de producir comida y llevársela a los animales, llevamos los animales a la comida. Llevamos la vaca a la finca y allí come y abona el terreno y, aunque hay una parte inevitable, dejar el tractor aparcado es importante», asegura. Eso provoca que, por ejemplo, la cantidad de veces que hay que alimentar a los animales en invierno sea menor, porque cada vez hay más pasto en las tierras y no se necesita producir tanto forraje. Lo que, a su vez, supone un ahorro de los costes.

 


O Resumo Semanal - Edición Nº 589 - 21 de marzo

Fuente: .lavozdegalicia.es 19.03.2024

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