Los consumidores pueden comprar en Galicia piezas enteras a cinco euros el kilo y a los pescadores se lo pagan en lonjas algo menos que en el 2001
Si el atún rojo es el rey de los túnidos, el príncipe es el atún blanco, más conocido por bonito del norte en Galicia y el resto del Cantábrico. Solo durante dos o tres meses al año es posible consumirlo fresco. Capturado con anzuelos, uno a uno, el primer tramo de esta costera se caracteriza «polas boas capturas», destaca Miguel Neira, gerente de Armadores de Burela, líder en Galicia en subastas de Thunnus alalunga. Cuanto más abunda, más barato se lo pagan a los pescadores y más económico les sale a los consumidores. Sin tasas ni impuestos, hasta ayer se cotizó en las lonjas gallegas a medias de 4,04 euros el kilo. Si el pescado por españoles siempre brilla por su calidad, sus probados beneficios para la salud, sus cualidades nutricionales y la facilidad para cocinarlo, ahora también triunfa por su precio. Distribuidoras de alimentación venden piezas enteras a unos 5 euros el kilo, y troceado, a cerca de 9. Poco menos que en pescaderías tradicionales.
Buen precio para quienes lo compran, pero no tanto para quienes lo pescan. El promedio por kilo en lonjas de 0,90 euros menos que el año pasado, de 0,10 menos que en el 2001 y de 0,14 más que la media del siglo XXI es elocuente. Cuando la inflación ha disparado todos los costes de los pesqueros, Miguel Neira comparte con la flota que en esta campaña bonitera «falta un plus do prezo medio para que sexa redonda». ¿Cuánto? Promedios de entre «4,50 e 5 euros» mejorarían sustancialmente los ingresos de los pescadores y permitirían ofrecerlo a los consumidores «a prezos moi asequibles».
Satisfacción por las capturas
Barcos gallegos y de otros puertos cantábricos siguen a los bancos de túnidos en su migración por el Cantábrico y más al norte, entre la Bretaña francesa y el sur de Irlanda. Gran parte de los gallegos y los asturianos lo capturan con la modalidad de cacea, navegando a su misma velocidad y atrayéndolo con señuelos artificiales. Vascos y cántabros emplean cebo vivo, bocartes que mantienen en tanques a bordo y, cuando localizan los cardúmenes, paran, los echan al mar y pescan con caña y anzuelo.
De momento, los boniteros de cacea y los de tanque transmiten satisfacción por las capturas. Porque hay datos oficiales de los autorizados, no de los que realmente están. Es complicado saber cuántos barcos españoles participan en una costera en la que también hay arrastreros pelágicos de banderas irlandesa y francesa, algunos de estos últimos de capital español.
0,78 millones de kilos en Burela
La flota española puede capturar este año 18,60 millones de kilos de bonito, 0,48 más que el año pasado. Hasta ayer, 31 de julio, habían desembarcado 10,46 millones, con lo cual todavía les quedan 8,14. Sin cupos por barco ni días, la flota española continuará en la costera mientras quede cuota nacional. Hasta el 2021 la agotaron prematuramente, antes de finalizar agosto, pero el año pasado se prolongó como solía ser habitual, hasta octubre.
Burela lidera el mercado gallego del bonito fresco y es uno de los referentes del Cantábrico. Desde principios de junio hasta ayer, subastó 0,78 millones de kilos, un 65 % más que el año pasado en ese período, y facturó 3,13 millones de euros, un 40 % más. Miguel Neira añade a esas cifras positivas una que no lo es tanto: el precio medio se queda en 4,01 euros el kilo, un 15 % menos.
O Resumo Semanal - Edición Nº 560 - 3 de Agosto
Fuente: lavozdegalicia.es 1.8.2023
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