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Ella hace paraguas pintados a mano en Compostela que alegran cualquier día de lluvia

Aurora García abrió pasados los 50 su primera empresa, Augavá, que nació de un experimento fraguado en las aulas de la USC

Aurora sujeta uno de sus paraguas inspirados en Las Marías junto a la estatua de las hermanas Fandiño en la Alameda. Augavá vende sus paraguas a partir de 35 euros, indica, y si se trata de un retrato con más detalle sube el precio, «pero nunca cheguei a cobrar máis de 50 por un». PACO RODRÍGUEZ

Compostela arrastra la fama de ser un lugar lluvioso. Y, por mucho que nos pese, es algo que ha sido avalado desde la estadística y el refranero popular. Entrado el mes de noviembre, el paraguas pasa a convertirse en un complemento casi obligado a diario. Los hay plegables, invertidos, automáticos... incluso personalizados al gusto. Aurora García García se dedica a ello. Ella pinta a mano cada paraguas para alegrar los días de lluvia. La idea, cuenta esta monitora artística de 56 años, surgió paradójicamente un día de sol en Andalucía: «Fun a unha voda a Málaga na que regalaron uns abanicos pintados a man. Pensei que en Santiago os abanicos non son o máis útil, pero si os paraugas».


El primero que hizo fue para una amiga suya, hará unos tres lustros, recuerda. «Seguín facendo máis para os meus coñecidos. Un deles foi para Miguel Túñez, profesor de Ciencias da Comunicación e exdecano, que é un bo amigo meu. Cando soubo dos meus paraugas pensou que se tiñan que dar a coñecer, pero eu teño alerxia aos ordenadores... non me gustan nada. Participei nun traballo que fixo cos seus alumnos de Xornalismo sobre a repercusión das redes sociais na comunicación. Creamos unha empresa ficticia e saín pintar á rúa, fixemos entrevistas na radio e no xornal... Con todo ese contido fixeron unha páxina de Facebook e de aí saíu un negocio real, Augavá», relata Aurora, quien estudió en la escuela Mestre Mateo y desde muy joven empezó a hacer voluntariado con personas mayores, enseñándoles manualidades y técnicas artesanales.


Repara entre risas la compostelana en que abrió su primera empresa cuando ya tenía más de 50 años y después de 30 trabajando en la formación artística de adultos (en la que sigue). Explica que utiliza una pintura especial para tela «que non se marcha con chuvia nin con sol. Hoxe fanse serigrafías e hai rotuladores para tea, pero eu son clásica e prefiro o pincel».


Como mínimo tarda unas tres horas en personalizar cada paraguas y los motivos son tan variados como las personas en cuyas manos acaba, dice: «Fixen un inspirado nunha viaxe a París, nos poemas de Rosalía, en mascotas, peixes, bicis, bolboretas... ata un con churros e quedou moi gracioso. O que máis me piden é o paraugas das Marías [la historiadora y expolítica santiaguesa Encarna Otero tiene uno] e os de mouchos tamén gustan moito. A maioría son para mulleres e cando máis traballo teño é agora, no outono, e antes do Nadal», cuenta la santiaguesa, quien tiene su taller en su propia casa, «nunha buhardilla... non parisina, pero case».


De allí salen también esparteñas, camisetas, bolsos y otros complementos que personaliza para sus destinatarios, «pero a estrela é o paraugas», confirma Aurora, autora de 200 paraguas encargados por la Xunta -a través de Política Lingüística- coincidiendo con el Xacobeo dentro de una línea de ayudas profesionales del arte que se quedaron sin trabajo en la pandemia. «Agora traballo noutros 120 para o mesmo fondo cun tema máis complicado: Alfonso X e as cantigas», apunta. El motivo del lote anterior fue el poema Chove en Santiago y en unos se ve la silueta de la Catedral al anochecer y en otros camelias blancas, acompañando a los versos de Federico García Lorca.



Confiesa que le enseñaron como artesana a trabajar para los demás y no ha dedicado tiempo a hacerse un paraguas propio para lucirlo por su ciudad los días de lluvia. «Sería ideal que Marta Ortega me encargase un», comenta divertida, y si pudiera retroceder en el tiempo «gustaríame facer o que levaba Mary Poppins», añade la santiaguesa, quien da clase de técnicas artesanales normalmente a unas 140 personas, niños y mayores, entre Compostela, Ames y Brión.




O Resumo Edición Nº 483 - 5 de Noviembre de 2021

Fuente: lavozdegalicia.es 2.11.2021

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