Inyectarán a sus tejidos productivos entre el 15 y el 20 % de la riqueza que generan en un año para inmunizar a empresas, trabajadores y familias vulnerables
«Estamos en guerra», proclamó ayer el presidente francés,Emmanuel Macron, antes de anunciar que París hará frente al sitio económico impuesto por la propagación del coronavirus levantando un escudo protector de hasta 300.000 millones de euros en préstamos para que empresas, familias y trabajadores sobrevivan al apagón de industrias, comercios y servicios. Todo es poco para evitar que el cortocircuito inducido a la economía acabe en un gran incendio. Alemania teme también que el letargo en el que entrará su tejido productivo precipite una crisis de dimensiones inéditas. Las restricciones a la actividad en el país teutón han obligado a apagar los motores de la que es la locomotora económica de la eurozona. La preocupación es tal que su canciller, Angela Merkel, ha tenido que anunciar una barra libre de liquidez de 550.000 millones de euros procedentes del Banco Alemán de Desarrollo (KfW) para mantener la respiración asistida a su sistema sanitario y empresas. «Este es el bazuka y lo usaremos para lo que sea necesario», anunció su ministro de Hacienda, Olaf Scholz. Quien ya se había ancipado era el Gobierno italiano, el primero en reaccionar ante la enorme magnitud de la crisis. Con la economía en la UCI, su primer ministro, Giuseppe Conte, no esperó a la siempre lenta e ineficaz respuesta de la UE y comenzó a bombear 25.000 millones de euros de norte a sur del país. Hasta 10.000 para el mercado laboral y 3.500 para la sanidad. Todo acompañado con medidas de estímulo y avales por valor de 350.000 millones de euros. Un auténtico «dique» para evitar que la economía se vaya a pique.
España ha sido la más lenta de las potencias del euro en reaccionar, pero lo ha hecho con decisión, anunciando una «movilización colosal de recursos públicos», según Sánchez. El tímido plan de estímulo de 14.000 millones de euros anunciado la semana pasada se quedó corto, a todas luces, y eso ha obligado a Sánchez a salir hoy con un paquete mucho más ambicioso y arriesgado, en línea con los esfuerzos inéditos que realizarán sus vecinos: movilizar hasta 200.000 millones de euros (117.000 de dinero público, de los que 100.000 serán avales) para mantener a flote a las empresas, trabajadores y familias más vulnerables. El Gobierno se juega todas sus cartas a esta inyección masiva de dinero a la espera de que la crisis no se alargue demasiado en el tiempo y la ciudadanía pueda aguantar. Blindará al tejido productivo con todas las armas disponibles, sin escatimar en gastos.
El coste a corto plazo, como indican los expertos de Oxford Economics, será «doloroso» para todos los países de la UE. España movilizará el 16 % de su PIB para luchar contra la asfixia económica. Alemania también invertirá el 16 % de su riqueza anual a mantener la respiración asistida a la economía. Francia un 15 %. En el caso de Italia ese esfuerzo alcanzará el 20 % de su PIB. El coronavirus obligará a endeudarse y disparar de nuevo el déficit, especialmente en países que, como España o Italia, siguen teniendo la deuda por las nubes. Un escenario que las autoridades europeas daban por hecho, por eso anunciaron la relejación de las normas presupuestarias. A diferencia de la crisis financiera del 2008, las capitales no han esperado al estrangulamiento de la economía para tirar de billetera. Un movimiento que se ha celebrado en las bolsas de casi todo el mundo. Los principales selectivos suben a esta hora, con el Ibex 35 en cabeza (6,16 %).
Alemania
El gobierno germano inyectará ayudas públicas a las empresas para que sus problemas de liquidez no se conviertan en insolvencia a través de avales y subvenciones públicas directas de 12.400 millones de euros hasta el 2024. Se garantizará el sueldo de los trabajadores que reduzcan su jornada laboral con fondos compensatorios y se hansuspendido los pagos de impuestos temporalmente para aliviar la caja de las empresas.
Italia
Del paquete inicial de 25.000 millones de euros de estímulo, hasta 10.000 millones de euros italianos serán movilizados para pagar el subsidio a los parados,extender una red de apoyo a los autónomos durante tres meses, dispensar cheques para el cuidado de niños a quienes tienen que ir a trabajar. El Gobierno ha anunciado que se congelarán los pagos hipotecarios a quienes dejen de cobrar sus salarios o pierdan el empleo, supende también los pagos de impuestos de forma temporal a empresas cuya facturación esté por debajo de los dos millones de hasta el 31 de mayo y facilitará el crédito y aliviará la carga fiscal a las compañías. Toda una batería que disparará el déficit del 2,2 % que preveía el Ejecutivo al 3,3 %. Aunque es probable que no sea suficiente, según los expertos. Para un país como Italia, que ya coqueteaba con la recesión antes del estallido de la emergencia sanitaria y acumula una deuda pública del 137,3 % del PIB, quizá necesite apuntalar sus barreras defensivas.
Francia
El Elíseo ha anunciado hoy un paquete de 45.000 millones de euros adicional a los 300.000 millones en garantías de préstamos a las empresas. Además de contemplar la nacionalización de compañías estranguladas financieramente, aplaza las cotizaciones e impuestos directos a empresas, excluyendo el IVA, para este mes. Una medida que tendrá un coste de 32.000 millones de euros. El Estado también se hará cargo de los salarios de los trabajadores parados temporalmentedurante dos meses. Una factura que asciende a los 8.500 millones de euros. Habrá suspensión del pago de alquileres para las pymes. Lo mismo con los gastos de gas, electricidad y agua. Los franceses también tirarán de fondos públicos para extender una red de «solidaridad» para los autónomos, los grandes damnificados por los cierres masivos decretados. El Gobierno galo se ha comprometido a sufragar los servicios hoteleros y de taxi básicos y será el Estado el que se cargue a la espalda los pagos de los créditos bancarios pendientes de pago.
O Resumo Edición Nº 407 - 20 de Marzo de 2020
Fuente: lavozdegalicia.es 17.3.2020
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