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Escotet alerta en el Foro La Toja de los riesgos de ser «Europa-céntricos»

y de la necesidad de tejer vínculos con América Latina

El presidente de Abanca asegura que España «está mostrando dificultades para modificar su modelo productivo y avanzar en un incremento de renta»

Una «Agenda para España» es la primera mesa que se celebró este viernes en el Foro La Toja, vínculo Atlántico. En ella Juan Carlos Escotet, presidente de Abanca, fue claro y contundente en su argumentario: «España está mostrando dificultades para modificar su modelo productivo para avanzar en un incremento de renta». España, según los datos expuestos por el banquero, figura entre los estados de menor crecimiento del PIB per cápita de los últimos 20 años. «Si vemos resultados de la época covid, perdimos un 14 % de productividad respecto a la media europea», sentenció, al tiempo que añadió que el peso de la industria en la composición del PIB supone un 15 %, cinco puntos menos que hace quince años.


A su juicio, transformar el modelo productivo requiere el liderazgo de Europa, y puso sobre la mesa algunos de los riesgos que pueden entrañar el retroceso del continente y de España en el mapa geoestratégico. «Nos hemos convertido en muy 'Europa-céntricos' y eso nos ha llevado a descuidar y dejar de tejer alianzas naturales con Iberoamérica», estrategia que han trabajado mejor Rusia y China.


De acuerdo con el banquero, esta situación tiene que ver con la pérdida de liderazgo de Alemania, país al que le han pesado los efectos perversos de su dependencia energética de Rusia.


Escotet, en este contexto, sacó pecho del sector bancario, «el que tiene mayor convergencia con Europa». Recordó el trabajo realizado por las instituciones financieras, que hoy tienen perfiles más sólidos y resilientes. «La banca española —sentenció— hizo los deberes mejor que Alemania e Italia, que tienen recorrido de mejora». Los bancos españoles tienen una tasa de morosidad baja y cuentan con una «holgadísima» posición de liquidez. Recordó el trabajo realizado por el sector español, que realizó un «esfuerzo de gigante» con el cierre de miles de oficinas que se tradujo en una mejora relevante de competitividad.


Juan Carlos Escotet reivindicó, por ser fundamental, seguir avanzando hacia un mercado único de servicios financieros que integren mercados y generen mayor eficiencia.

«Creemos que hay oportunidades también en medios de pago, en la financiación de puntos de venta», dijo. Y con total sutileza apostilló: «He de confesar que soy escéptico por la dispar posición de países como Alemania e Italia», que frenan el desarrollo del mercado único en cuanto se aborda la necesidad de un fondo de garantía de depósitos.


Su presentación siguió un hilo conductor abordando la penalización a través de la tributación. A su juicio, es imposible pensar en una integración del mercado único con regulaciones nacionales que pasan, por ejemplo, con una «imposición patrimonial a la banca», que penaliza la oportunidad de acceso a otros mercados, al crédito y genera inseguridad jurídica que afecta tanto a inversiones y, por lo tanto, al país.


Con total seguridad y marcando sus afirmaciones con datos certificados, Escotet advirtió que resulta totalmente necesario reducir la brecha en el área de innovación, y se mostró convencido de que el reto de la sostenibilidad transita por la digitalización. Duda que España no haya perdido esta batalla porque, puso como ejemplo, no tiene una presencia relevante entre las empresas digitales más importantes del mundo.


En este contexto abordó la regulación por parte de las autoridades, en la que Europa sigue insistiendo, y él cree que «es una visión ingenua». «El mundo digital es global y oblicuo», dijo.


Advirtió el ejecutivo de que el sector bancario tiene que acompañar al tejido empresarial en sus proyectos de inversión, pero no puede ser un «gendarme verde» del sector empresarial. Puede, en su opinión, catalizar y ayudar en la descarbonización «pero la agenda que nos ponen es muy exigente» porque, dijo a modo de ejemplo, los clientes no saben qué volumen de emisiones tienen o su capacidad de reducir su nivel de emisión. Y advirtió cómo estas exigencias pueden afectar hasta en términos de supervivencia a las pymes.


A su entender, el cuerpo regulatorio tiene que ser más progresivo, y pensar en cómo apoyar la inversión para que la transición se facilite.


En la misma mesa redonda participó Mario Ruiz-Tagle, consejero delegado de Iberdrola España, quien también fue claro sobre las oportunidades que España no puede dejar pasar. A su juicio, los shocks que hemos sufrido en los últimos diez años han demostrado que «vivimos en transición». «Sentimos que vamos volando, pero vamos más lentos, y llegar tarde tiene costes».Tras subrayar que Iberdrola apuesta por la transición energética, por la energía verde, competitiva y barata (con inversiones anuales que doblan el beneficio alcanzado), apuntó una serie de medidas necesarias como país: realizar reformas estructurales, buscar un equilibrio entre la regulación y el impulso de los emprendedores o entender la fuerza de trabajo como una palanca de crecimiento. Porque, incidió, hay que decir sí a la Transformación digital, pero esta estará impulsada por personas. A su juicio, se necesitan incentivos a la inversión y «más Europa». «Las ayudas europeas tienen que llegar» e intentar reducir diferencias, entre las que destacó la previsible falta de mano de obra a la que potencialmente se enfrentan las empresas. Considera la transición energética como una palanca de crecimiento porque «nos va a dar más disponibilidad de renta».


Estaba presente también en la mesa Héctor Flórez, presidente de Deloitte España, quien advirtió que España tiene fortaleza y empresas punteras en sectores importantes, «pero que no representan la totalidad del país, cuyo modelo económico está menos alineado con las tendencias modernas de crecimiento lo que repercute en menor productividad y menor potencial de crecimiento a largo plazo, además de una pérdida de competencia en términos de riqueza y estabilidad fiscal». Flórez alertó de la necesidad de recuperar la convergencia respecto a la UE. Puso como ejemplo a países como China que están invirtiendo en su transformación, lo que es clave para España, cuyo nivel de conciencia en esta materia no es suficiente.


Luis Gallego, máximo ejecutivo de IAG, defendió que el turismo es clave en la recuperación de España, «y la aviación tras el covid se está recuperando». Han cambiado los perfiles de los clientes, habiendo un incremento de aquellos que buscan la máxima calidad sin ser hombres de negocios, «quizá porque el covid nos privó de libertad y hoy queremos vivir experiencias». Las incertidumbres hoy están relacionadas con cuestiones sobre cuándo se acabarán los ahorros destinados a viajes, cuánto durará este momento. «Por eso —añadió— tenemos que hacernos más eficientes», pero las empresas se encuentran con problemas como la falta de aviones o la falta de combustible «verde» para estos aparatos. «Lo que provoca que los aviones vayan llenos y los billetes sean más caros». Abogó por un apoyo a las grandes empresas españolas para que puedan competir en el mundo y aquí enmarcó la operación con Air Europa para crear un gran hubque pueda competir con Paris y Roma.




O Resumo Semanal - Edición Nº 569 - 5 de Octubre

Fuente: lavozdegalicia.es 29.9.2023

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