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La otra gastronomía de Galicia

Ya sabemos qué platos hay que comer en verano y qué no puede faltar en la dieta gallega (más allá del marisco). Ahora buscamos esos cinco platos típicos no tan conocidos que merecen un bocado y un sorbo (y nos quedan más por descubrir). Esto es Galicia sin mesura. QUE LO DISFRUTEN AMIGOS!!


LAMPREA

Más allá del xureliño, del rapante, de la merluza... del pescado típico de las rías gallegas que caen en las redes, hay un elemento más o menos querido que se consume con ansia entre los meses de enero a mayo (cuando el animal sube por el río a desovar). Se trata de la lamprea, ese poco atractivo vampiro que se ha convertido en bocado delicatessen de la gastronomía gallega. El río Ullatiene su propia campaña de la lamprea y es en Pontecesures donde se celebran A Festa da Lamprea. En el restaurante Olivo podrás catarla en carpaccio, en forma de croqueta, en risotto ¡y en filloa!

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Pero sin duda, la zona estrella para catar la lamprea es Arbo, una localidad bañada por el río Miño también con su propia fiesta gastronómica dedicada al serpeante animal. La lamprea suele servirse a la bordelesa, es decir, en su propia sangre, y acompañada de mucho vino del Condado de Salvatierra para facilitar el trago. Una dirección ineludible para tomar la auténtica lamprea del Miño es el restaurante Casa Mezquita, que también la prepara rellena (con huevo y jamón) y en empanada. Para los que no se atrevan, este mismo restaurante prepara buenas cazuelas de angulas (el alevín de la anguila) con cubierto de madera: una alternativa para llorar a lágrima viva con cada bocado. Prometido.

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CARNE RICHADA

Ponte en situación: patatas, ajo, mucho perejil, cebolla, pimentón dulce y algo de picante, carne de ternera bien troceada (a poder ser, de la pata delantera). Todo esto, pochado a fuego lento, con la calma, en aceite de oliva y un vino blanco de la tierra con un chorro de coñac... ¿Ya estás salivando? Así es la carne richada, a la que se le pueden añadir pimientiños de la huerta para completar un plato tan contundente como sabroso. La carne richada es el Siniestro Total de la gastronomía gallega: tan fácil que es difícil hacerlo bien. Y así sabe: a gloria bendita. Para comer una buena carne richada lo suyo es irse a Forcarei, donde se hace con patata asada (y también le dedican una fiesta gastronómica en diciembre). El Restaurante-Hotel Milenium, en Soutelo de Montes, un restaurante de toda la vida en el comer este plato con un tinto de la Ribeira Sacra y decir eso de “¡ríchame la carne!”.

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PETELO

¿Qué es un petelo? ¿Por qué algo tan rico, tan auténtico, no es conocido si quiera en toda Galicia? Un petelo es una bola hecha de harina de maíz amasada en el agua del caldo del cocido. Vamos, una especie de arepa gallega. “Manda carallo” que tengamos que recurrir a las referencias latinoamericanas para contextualizar, pero cierto es que el petelo no tiene toda la fama que debería como sí la tiene su homóloga venezolana y colombiana.

De pequeña solía pensar que un cocido gallego, un buen cocido hecho de la matanza de esa misma mañana, no era un buen cocido si no tenía su petelo. Luego me di cuenta de que era algo así como un producto en vías de extinción. Pero ay, cocido-adictos, el petelo ha vuelto: el Concello de A Cañiza(conocido como “A terra do xamón”, “la tierra del jamón”) ha revivido el olvidado producto de la mejor manera, con su propia fiesta gastronómica que se celebra entre el 15 y 16 de este mes. Recomendamos el restaurante Os do Resero y también Casa Eligio, establecimientos que prepararán el “petelo perdido” junto con una buena ración de lacón, chorizo, patatas, tetilla con membrillo, café y copa por 18 euros. ‎A una hora escasa de A Cañiza, se encuentra Cotobade. Allí el petelo se llama petote (y no por ello es menos petelo) y también celebran su propia fiesta, dedicada a la preparación tradicional del cocido con su masa de harina de maíz y trigo. En fin, que si necesitas excusas para escaparte y disfrutar, en esta zona de Pontevedra, sobran.

OREJAS

El postre gallego por excelencia es la filloa o incluso el queso de tetilla acompañado de membrillo. Pero hay un postre injustamente relegado a la celebración del Entroido, del carnaval, que debería hacerse los 365 días del año por puro hedonismo. Hablamos de las “orellas”, las orejas: hechas con manteca de vaca, anís o aguardiente de caña, harina de trigo, azúcar y ralladura de limón o naranja, la masa se deja freír brevemente dándole forma “arrugada” con el tenedor hasta que queda una especie de fina torta crujiente. Es un postre estupendo para acabar cualquier comida culminándolo con azúcar glas. Y cuidado, que enganchan. Si nos ponemos sinceros diremos que las mejores “orellas” son las que preparan con tesón las madres gallegas por las fechas del carnaval, pero si no conoces ninguna, también puedes ponerte las botas en el restaurante Pazo Vista Alegre, en Vedra, muy cerca de Santiago de Compostela, un pazo con mucha solera y una historia ligada al filósofo Ortega y Gasset.

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AGUARDIENTES (Y QUEIMADA)

Lo normal al acabar un buen menú gallego es que el camarero se acerque y diga en alto: “a ver, ¿qué chupito quieren, licorcafé, crema de orujo, aguardiente de hierbas...?”. Hay tantos aguardientes en Galicia como casas de comidas. El que se toma como digestivo es el aguardiente de hierbas, el verde. Pero el blanco, más puro, tiene un objetivo casi ritual: la queimada.Una práctica de esas paganas que tanto nos gustan, casi de meigas y druidas, excusa por reunirse familiares y amigos en torno a una bebida fuerte, caliente y con todo un ritual en su preparación: olla de barro, un litro de aguardiente blanco, cáscara de limón, azúcar y... ¡fuego! (hay quien también añade granos de café, canela, incluso manzana). Una vez encendido, mientras se quema poco a poco el aguardiente, con el cucharón de barro se debe remover y entonar el conjuro. ¿Dónde disfrutar de una buena queimada? O Muiño Vello, en Redondela, un antiguo molino reconvertido gastroplacer.

CONXURO

Mouchos, coruxas, sapos e bruxas.

Demos, trasgos e diaños, espritos das nevoadas veigas.

Corvos, pintigas e meigas, feitizos das manciñeiras.

Podres cañotas furadas, fogar dos vermes e alimañas.

Lume das Santas Compañas, mal de ollo, negros meigallos, cheiro de mortos, tronos e raios.

Oubeo do can, pregón da morte, fuciño do sátiro e pé de coello.

Pecadora língua de mala muller casada cun home vello.

Averno de Satán e Belcebú, lume dos cadavres ardentes, corpos mutilados dos indecentes, peidos dos infernales cús, muxido da mar embravescida.

Barriga inútil da muller solteira, falar dos gatos que andan a xaneira, guedella porca de cabra mal parida.

Con este fol levantarei as chamas deste lume que asemella as do Inferno, e fuxirán as bruxas a cabalo das súas escobas, índose bañar na praia das areas gordas.

¡Oíde, oíde! os ruxidos que dan as que non poden deixar de quemarse na aguardente quedando así purificadas.

E cando este brevaxe baixe polas nosas gorxas, quedaremos libres dos males da nosa ialma e de todo embruxamento.

Forzas do ar, terra, mar e lume, a vos fago esta chamada: si é verdade que tendes mais poder ca humana xente, eiquí e agora, facede cos espritos dos amigos que están fora, participen con nós desta Queimada.


O Resumo Edición Nº 362 - 29 de Marzo de 2019

Fuente: traveler.es 10.03.2014

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Tel.: +(598) 099 922 166

Montevideo, Uruguay

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