Las empresas del sector cierran el verano con la mayor parte de las rutas de antes de la pandemia, pero con una ocupación de apenas un 42 %
Las aerolíneas españolas, uno de los sectores más golpeados por la crisis generada por el coronavirus, ya ven la luz al final del túnel. Después de meses de incertidumbre en un mercado que no dejaba de tener sus altibajos, la situación que comenzó a consolidarse en agosto afronta esta nueva etapa con la vista puesta en una temporada de invierno que se espera que sea buena y, en especial, en el 2023, cuando se alcanzará la recuperación total.
Javier Gándara, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA) y director general de Easyjet para España, ha presentado este viernes un completo informe sobre el contexto actual de las empresas que representa.
En el mismo se detalla cómo el 2021 ha sido un año complicado, con un 64 % menos de pasajeros hasta septiembre, debido a las olas de coronavirus y las restricciones que marcaron todo el primer semestre. En estas semanas, solo las firmas centradas en el tráfico de mercancías podían operar con cierta normalidad.
Pero desde julio la situación se ha recuperado de forma progresiva. Esto ha sido gracias al empuje de los vuelos domésticos, que han tirado del carro ante la debilidad de los vuelos exteriores, entre los que destaca el mal comportamiento de los de gran distancia. Los europeos han respondido algo mejor. En la temporada de verano, que abarca de abril a octubre, han operado casi el 60 % de los trayectos respecto al 2019 pero apenas se ha logrado un 42 % de los pasajeros. Durante los meses de vacaciones y de forma especial en agosto estos registros repuntaron de forma más clara.
Pero el fin del buen tiempo no ha conllevado unas peores perspectivas del negocio porque las sensaciones de cara a la temporada de invierno que comienza en noviembre son bastante buenas. Gándara ha destacado que «hay programados casi un 2 % más que los que se operaron en invierno del 2019, 630.000» pese a que la afluencia de pasajeros vaya a ser menor.
Un dato positivo pero también condicionado a que se compare con una temporada de 2019-2020 que incluyó el inicio del confinamiento. Aún así, destinos como Baleares o Canarias verán esta cuota aumentada hasta diez puntos.
Dificultades
Estas previsiones reflejan cómo en el 2022 se va a entrar de lleno en lo que se ha denominado «la senda de la recuperación» que se espera cerrar en el 2023. Pero todavía queda camino ya que se ha insistido en que quedan 4.500 trabajadores que aún están afectados por un ERTE. Los mayores retos pasan por atraer el denominado turismo de negocios, que sigue muy por debajo de las situación previa a la pandemia, y los vuelos internacionales, que ya se vislumbran una vez EE UU. ultima la apertura de fronteras.
Otro factor que condicionará el futuro es el aumento de los costes de los combustibles, que pueden incrementar los precios en el medio plazo.
Por ello, se ha pedido a los diferentes Gobiernos minimizar trabas generadas por el brexit y evitar la congestión del espacio aéreo para no poner más palos en las ruedas de la recuperación.
O Resumo Edición Nº 482 - 29 de Octubre de 2021
Fuente: lavozdegalicia.es 22.10.2021
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