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RICARDO AROTXARENA


Nieto de gallegos de Coruña por parte materna mi abuela de Corme y mi abuelo de Tella y por parte paterna de las provincias Vascongadas. Nacido en noviembre de 1972, estudie en la Sagrada Familia, Maria Auxiliadora y ORT. Ya de adolescente inicié mi primer emprendimiento, con una discoteca haciendo bailes, cumpleaños de 15 y casamientos. A los 16 empecé en una tornería de aprendiz y a los 18 años, gracias a mi tía Libia, entre a trabajar en una empresa colateral de Carrau y Cia en la cual se envasaba el whisky Old Times.

Recuerdo que en esa época mi padrino me prestaba una camioneta NSU Prinz, en la cual cuando llovía iba a trabajar y luego trasladaba a unas compañeras entradas en años, del trabajo a la casa o, las arrimaba a la parada del ómnibus, a cambio de lo cual me permitían usar su heladera en la empresa. Recuerdo también que a la NSU le acoplaba un tráiler para poder llevar los equipos de la discoteca para realizar los eventos.

A los 20 años un vecino que tenía una distribución de alimentos me ofreció trabajo, de venta y distribución con una Fiorino. Siempre me gustó la venta porque mi padre había tenido una distribuidora de alimentos, que en la crisis del 82 lamentablemente se fundió y cerró, pero a mí siempre me quedo pendiente ver si podía hacer lo mismo que mi viejo. Entonces ante la oferta de este vecino me tire al agua y dejé un buen trabajo, para comenzar este nuevo desafío. Después de trabajar cuatro meses y no cobrar sueldo, le dije a este vecino que era muy buena persona, pero no nos estaba yendo bien, que me iba de su pequeña empresa. Comencé entonces con un reparto de golosinas en la cual hacia la venta a pie y mi padrino me seguía prestando la gran NSU para repartir lo que vendía. Ahí la NSU me empezó a quedar chica y mi padrino la vendió y me regaló ese dinero, con el cual compré una VW Kombi y seguí trabajando.

En esa época trabajaba en el reparto, manejaba un auto de noche en la Ose y lo fines de semana disfrutaba trabajando con la discoteca. En ese entonces mi madre tenía un estacionamiento y fue con un cliente que guardaba el auto en el mismo, con el cual teníamos una gran afinidad, gusto por los autos y recurrentes charlas de éstos, con quien dijimos de comprar una moto para arreglarla y venderla.

Así comencé a incursionar en la compra, reparación y ventas de motos, de donde salté a la primera de compra de un auto como negocio para vender, un Fiat 600 del año 70. En el año 1997 le puse nombre a mi negocio, que dirijo hasta el día de hoy y el cual espero seguir dirigiendo por muchos años más. Se trata de Viper Car Automóviles, empresa que me hace sentir con mucho orgullo y que es para mí, una parte más de mí ser. Empresa que cuenta con un gran equipo humano, que admiro y respeto. Muchos a quienes considero amigos, pero también hay familia, con mi tía Libia, mi señora María Eugenia y mi sobrino Adrián.

Hoy representamos las mejores marcas, conformadas por Fiat, Toyota, Suzuki, Chery, Lifan y utilitarios Mercedes Benz y Fuso. Llevar adelante esta empresa, es todo un logro que no hubiese sido posible sin el apoyo de la familia, sin los cimientos y los consejos de la vieja Julia, que dicho sea de paso recuerdo que en plena crisis en el año 2002, yo estaba pensando en qué hacer con unos pesitos que había ahorrado y mi madre me habló de AEGU, y ahí fui a la primera reunión. Cuando entré recuerdo una mesa grande llena de gente que no conocía, pero al final de dicha reunión me cayeron muy bien y gracias a ese proyecto, en el cual disfruté trabajar, Invertal SA, hoy puedo decir que más que el negocio mi mejor ganancia fueron esos amigos, con los que hoy día seguimos compartiendo amistad.

Por lo tanto agradezco a AEGU que me abrió las puertas, para la cual tuve la dicha de trabajar en dos comisiones directivas y viajar a nuestra Madre Patria, con una delegación en la cual aprendí y sigo aprendiendo de sus valores y consejos de gente de trabajo y con buenas costumbres.

Y bueno como premio a todo este esfuerzo de trabajo, lo más importante que tengo son dos príncipes que se llaman Facundo de ocho años y Francisco de tres, que la verdad espero que en el futuro sean socios de AEGU para que se sigan cultivando y relacionando con gente de trabajo y buenas raíces.

Saludos Ricardo



O Resumo Edición Nº 294 - 18 de Agosto de 2017

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