El parlamento uruguayo acaba de aprobar una ley que amplía las ventajas tributarias que existen en favor de quienes trasladan su residencia fiscal a Uruguay.
La franquicia o exoneración fiscal a la que tienen derecho estas personas se traduce en una exoneración del Impuesto a la Renta de las Personas Físicas, (IRPF) del 12% sobre las rentas financieras del exterior (dividendos, intereses, cupones, etc.).
Hasta ahora, esa franquicia fiscal (respecto de las rentas financieras del exterior) tenía una duración de seis años (que en realidad eran cinco, sumado a aquél en el cual había hecho el cambio de residencia fiscal). Al cabo de la finalización del plazo de la franquicia, el contribuyente comenzaba a pagar el IRPF a la tasa del 12%.
A partir de la aprobación de la ley hace dos días, en adelante la franquicia tendrá una duración mayor: once años --diez años más aquél en el que la persona obtuvo la residencia en Uruguay. Incluso, los nuevos residentes tendrán la alternativa de optar, no solamente por acogerse a la exoneración, sino también por pagar el IRPF -sobre las mismas rentas-- a una tasa reducida del 7% sin límite de tiempo, es decir: durante todo el período durante el cual el contribuyente mantenga su calidad de residente fiscal en UY.
La nueva ley, sin embargo, aplicará exclusivamente a aquellas personas que trasladen su residencia fiscal a Uruguay a partir del año 2020. Lo que significa que los beneficios reconocidos por la ley recién aprobada -extensión de la franquicia a 11 años y opción de pagar el 7% por tiempo indeterminado- no se hacen extensivos a aquellas personas que consiguieron la residencia fiscal uruguaya en años anteriores.
“Los países compiten y Portugal e Israel por ejemplo, ofrecen el mismo plazo de franquicia. Uruguay se quiso poner a tono con otros países que tienen el mismo incentivo”, explicó el jurista Jonás Bergstein a InfoNegocios.
Su estudio jurídico recibe diariamente cuantiosas consultas de parte de argentinos que buscan información sobre la adquisición de la residencia fiscal en Uruguay. Bergstein divide a los consultantes en tres perfiles: el emprendedor, el que está pensando en retirarse y quiere proteger su patrimonio y el que tiene pocos vínculos familiares en el país vecino y su trabajo está relacionado con la tecnología. “Este último son personas que pueden trabajar desde cualquier lado y además están habituados a cambiar de país”, explicó.
O Resumo Edición Nº 430 - 11 de Septiembre de 2020
Fuente: infonegocios.biz 10.9.2020
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